Ya estamos de vuelta
a la rutina y yo sólo puedo pensar en irme de vacaciones otra vez. Este año he
tenido mil cosas en la cabeza y no me ha dado tiempo a organizarlo, así que ido
a tiro hecho, me fui a Almería, al Cabo de Gata donde he ido muchos años así
que me lo conozco bastante bien y sabía que sería acierto seguro.
Debo decir que me llevé un
poco de desilusión porque se ha masificado. Ya sé que no se le puede pedir
peras al olmo y que en agosto siempre hay gente, eso lo entiendo, pero ahora
hay demasiada gente.
La playa de San José, donde
siempre ha habido todo tipo de actividades para la familia, se ha convertido en
una guardería, donde antes había una plataforma en el mar con un tobogán y un
trampolín, ahora hay todo un despliegue de medios hinchables donde te cobran y
te controlan el tiempo que estás. En la playa de los Muertos, conocida por ser
un paraíso natural, han montado un parking donde hay hasta un
"chiringuito" para sacar dinero a los veraneantes y así con varios
ejemplos más.
Sin embargo, hay una playa,
la de San Miguel
de Cabo de Gata que es enorme, kilómetros y kilómetros de playa donde por lo
general sólo hay una línea de playa y los vecinos más cercanos están a varios
metros de ti, evitando así tener el pie del de al lado pegado en tu cara. Esta playa fue mi paraíso
particular sin niños correteando y llenándome de arena. No es una cala, pero sí
que tiene arena limpia y aguas cristalinas.
Por supuesto hay visitas
obligadas que uno no se puede perder como el Arrecife de las Sirenas, aunque yo
no bajé porque no tenía el calzado adecuado pero lo tengo pendiente, Las
Negras, Los Escullos, Cala Carbón, Genoveses, Mónsul, el Playazo, Carboneras… La primera
vez que fui cada día iba a una playa o cala diferente, tenía un mapa donde
apuntaba si me gustaba o no, el acceso, gente…Ahora no me complico y voy a los seguro.
Además, Almería ofrece todo
tipo de actividades acuáticas. En San José hay mucha oferta, yo me decanté por
coger un barco (en realidad es una lancha) que te lleva por toda la costa
explicando la geografía, las especies marinas, las formaciones rocosas… Lo
mejor de esta excusión es que también se hace snorkel, que personalmente no me apasiona porque los bichitos
marinos me dan pánico, pero aún así me tiré al agua y vi una estrella de mar.
Lo mejor para conocer este paraíso es perderte entre sus playas, andar y buscar sitios recónditos donde se parece que se para el tiempo.